Ha sido un año bastante hiriente, el caminar el mismo sendero una y otra vez hace que mi rutina no sea una facil tarea de olvidar, siempre una y otra vez el mismo camino me recuerda y me llena de rabia lo que me ha hecho el tiempo, la vida, y la gente inconsciente, trabajo y siempre busco dar un 200% , o mas, pero nunca he tenido esa satisfacción de que me digan "buen trabajo", a veces me llena de coraje saber que quien se encargo de dañar mi reputación, anda como si nada ofendiendo y la defienden, si lo se, no me debería de importar, pero me agobia que gente buena se vaya por inutiles sin capacidad mental como esa que menciono. Como dicen por ahi, un sueldo "dioquis".
Se que mi coraje no reside en eso, mas bien en los golpes que me ha dado la vida, es como una penitencia a algo que desconozco, pues cada golpe fueron como una bala directo al corazón, no me matan, pero se mantienen las heridas abiertas, mientras muchos celebran sus embarazos y cumpleaños de sus hijos, a mi solo me queda la triste realidad, de haber perdido dos angeles, y parece que a la gente se le olvida que uno tiene un corazón, y que esta roto, es inevitable no pensalos todos los dias, a veces mis pesadillas es revivir el momento en el que casi pierdo a mi esposa.
Esto creo que si me ha afectado y mucho, mi corazon ahora es muy duro, muy frio, no me doy cuenta que hiero a la gente, pero no tengo remedio, es como mi Silent Hill, cada que me voy a dormir es una dura realidad, es extraño que vea sueños felices, siempre es el agobio de quedarme solo.
Ahora con coronavirus, cumplo una cuarentena, y cada dia me apresa mas, mis salidas, son mis letras, mi musica, mis videojuegos, pero es difícil mantenerse despierto y disfrutar el dia, y mas noticias se suman a mi saco de penas, mi abuela. Quien me ha cuidado siempre, me procuraba cuando era pequeño y aun cuando estaba grande, esa persona fuerte y con gran nobleza, ella quien siempre me ha recibido con una sonrisa y que siempre me incluía en sus oraciones, ha librado mil batallas y siempre fue fuente de alegria de nuestras vidas; ahora atraviesa lo peor con por la pandemia, es inaceptable tal noticia, se que no me queda hablar, pero mi rabia es tal que no lo puedo evitar, no debo de pensar en culpables, pero se dejaron de seguir ciertas distancias.
Ahora los mas triste fue una ultima llamada con mi abuelita el dia de mi boda, fue tan emotiva, que aun recuerdo su voz, la promesa de que estuviera en mi boda de la iglesia esta presente, mi abuela no me puede faltar, no lo puedo aceptar. Siento que otro pedazo de mi corazon se va, y no puedo hacer nada. Solo dame fuerza Dios, para salir adelante y ayuda a quien en los momentos que siempre necesite cariño, siempre nos lo entrego sin condicion.
La amo abuelita.